El 29 de octubre, cuando la catastrfica DANA, asol varias localidades valencianas y manchegas, cientos de periodistas, cmaras, programas de televisin se volcaron en masa para estar all y dar testimonio de la tragedia. Muchos fueron los rostros conocidos que quisieron estar all para contar de primera mano la realidad. Hoy, cuando han pasado ms de dos meses, sigue habiendo prensa pero el inters, como siempre ocurre en estas desgracias, ha ido decayendo. Sin embargo, hay quien de esos rostros conocidos hizo una promesa a los vecinos que le relataron su sufrimiento. Una de ellas fue Ana Rosa Quintana, la presentadora de TardeAR prometi que antes de que acabara el ao volvera all para escucharles, para darles voz y para que no cayera en el olvido.
Ana Rosa Quintana no poda incumplir su promesa, como tampoco lo ha hecho Carlos Alsina que, pese a ser el ltimo en marcharse de los lugares asolados por la DANA tambin vuelve en Nochebuena, o Carlos Herrera de la Cope, con el que la presentadora coincidir en Valencia. Porque slo estando all y contando lo que all sucede a nadie se le podr olvidar que todava queda mucho por hacer y que nada ha pasado todava.
Esta maana, Ana Rosa Quintana y su equipo, junto a varios directivos de su productora, Unicorn Content, han cogido el coche y se han puesto rumbo a los pueblos de la zona de L’Horta Sud para conocer de primera mano cmo est la situacin, las ayudas que han llegado y las necesidades que todava tienen los ciudadanos afectados.
Aunque Ana Rosa Quintana dedicar esta tarde un especial sobre la DANA en TardeAR, con Beatriz Archidona y Manu Marlasca en plat, EL MUNDO ha podido comprobar cmo ha sido el regreso a la zona cero de la presentadora. All, Ana Rosa Quintana se ha encontrado con los problemas que siguen sufriendo los afectados, pero tambin con el cario de muchos vecinos que agradecen que los medios no se hayan olvidado de ellos.
Ana Rosa Quintana charla con los afectados por la DANA.
Ana Rosa Quintana ha pasado la maana recorriendo los barrios ms afectados, charlando con los vecinos, atendiendo sus splicas, pero sobre todo, escuchndoles. Consciente de que el inters meditico de la DANA ya no es el que era, Ana Rosa Quintana ha regresado a la Comunidad Valenciana no slo para cumplir su promesa, sino tambin para acompaar a familias y personas que lo perdieron todo hace dos meses y que con la llegada de la Navidad lo peor regresa a sus memorias.
Las poblaciones afectadas estn luchando no slo contra todo lo que perdieron sino tambin contra ese olvido. Este mircoles, de hecho, varias rotondas de poblaciones afectadas por la fatdica riada amanecieron con un gran mensaje navideo para intentar “alegrar las calles” a pesar de tanto desastre. Tambin este mircoles se termin la limpieza de los 542 garajes destrozados por la DANA. Sin embargo, todava queda mucho por hacer.
La terrible DANA sesg 223 vidas e innumerables prdidas materiales. El municipio con ms fallecidos fue Paiporta, con 45, seguido de Catarroja, con 25. En las pedanas de Valencia ubicadas al otro lado del nuevo cauce del ro Turia se registraron 17 fallecidos. 37.000 tuvieron que ser rescatadas.
El agua se desbord con violencia y se llev por delante todo lo que encontr a su paso: casas, coches, carreteras, vas del AVE, Cercanas y metro y empresas, dejando incomunicada una zona que concentra al 30 % de la poblacin de la provincia antes de desembocar en L’Albufera con toneladas de residuos arrastrados.
En el mbito econmico, la Cmara de Comercio de Valencia ha calculado en 13.300 millones de euros los daos directos, con 129.000 vehculos destrozados, 69.000 viviendas daadas y 57 polgonos industriales afectados. En los municipios inundados hay ms de 63.000 empresas y solo los 15 municipios de la ‘zona cero’ representan el 8% del PIB y del empleo de la provincia de Valencia, donde ya son ms de 30.200 los trabajadores en situacin de expediente temporal de empleo por fuerza mayor.
La Generalitat ha reclamado 31.402 millones de euros para la recuperacin al Gobierno de Espaa -que ha movilizado ya 16.600- y cifra en 1.050 millones de euros los que lleva destinados a la reparacin de infraestructuras, la retirada de 350.000 toneladas de residuos o las ayudas directas.
El abrazo de una de las personas afectadas por la DANA a Ana Rosa Quintana.
Profunda es tambin la cicatriz que las riadas dejan en el mbito poltico, donde la catstrofe ha cambiado el paso de la legislatura valenciana apenas diecisis meses despus de empezada para enfocarlo todo a una reconstruccin que quiere dirigir el president de la Generalitat, el popular Carlos Mazn, a quien las ltimas encuestas electoral pasan factura por su gestin de este episodio.
El presidente, a quien dos manifestaciones masivas han reclamado que dimita por su tardanza en actuar el martes negro, cuando estuvo comiendo varias horas con una periodista, ha creado una vicepresidencia para la recuperacin, a cuyo frente ha puesto a un militar retirado, y una Conselleria de Emergencias tras destituir a la consellera que dirigi esta emergencia y a la que demostr falta de empata con los familiares de las vctimas.
Mazn, quien ha culpado a la AEMET y la Confederacin Hidrogrfica del Jcar de no haber aportado la informacin necesaria y que ha afirmado que el da de la dana fall el sistema, se ha comprometido a no optar a la reeleccin si no es capaz de liderar la reconstruccin, pero tanto el PSPV-PSOE como Comproms reclaman que el PP le aparte ya y cuestionan los contratos de emergencia que se estn adjudicando.
Desde el Gobierno de Espaa, el presidente, Pedro Snchez, ha considerado que quien fall fue Mazn, al que ha acusado de no entender su responsabilidad, mientras que el lder del PP, Alberto Nez Feijo, ha sostenido que Snchez no ejerci sus competencias y debera haber declarado la emergencia nacional.
En todo caso, las responsabilidades polticas se intentarn depurar en las comisiones de investigacin que ya se han aprobado o anunciado, mientras que las judiciales se dirimirn en los tribunales, ante los que se han presentado ya varias denuncias y SOS Desaparecidos prepara una demanda penal contra Ayuntamientos, Consell y Gobierno.