Oscarín, un paciente psiquiátrico de 48 años, ha sido detenido tras el presunto asesinato de Leónidas, un ecuatoriano de 67 años que había sido su cuidador durante dos décadas. Leónidas, conocido como Leo, llevaba años trabajando para la familia de Oscarín y, según vecinos y conocidos, jamás habían tenido conflictos. En ‘Vamos a ver’, Olaya Suárez, periodista de ‘El Comercio’, ha aportado nuevos detalles sobre el caso.
El presunto agresor asegura no recordar nada de lo sucedido. Según su declaración, estaba dormido y, al despertar, encontró el cuerpo sin vida de Leo en el suelo. Fue el propio Oscarín quien pidió ayuda a los vecinos, alertando sobre el macabro hallazgo. El crimen ha ocurrido en Oviedo y los vecinos siguen conmocionados por la situación. Cuando llegó la policía al domicilio, el arma homicida no fue encontrada. Además, faltaban 400 euros, el dinero que Leo había retirado para los gastos de la casa. La víctima fue hallada con una única puñalada en el corazón.
“Lo que intentan averiguar ahora es dónde está el arma homicida, además de que no encontraron ningún rastro de sangre en el domicilio”, ha explicado Suárez. La periodista también ha señalado que las autoridades no descartan ninguna hipótesis, incluida la posibilidad de un tercer implicado. “No es la hipótesis que más se mantiene, pero a día de hoy no se descarta”, ha subrayado.
El estado mental de Oscarín, clave en la investigación
Uno de los puntos centrales de la investigación es el estado psiquiátrico de Oscarín, quien tiene una patología mental diagnosticada pero que nunca había mostrado signos de violencia. Según Suárez, “Oscarín llevaba años en tratamiento, pero la muerte reciente de sus padres podría haber desencadenado algún tipo de alucinación o delirio”.
El detenido permanece bajo custodia policial y está a la espera de pasar a disposición judicial. Mientras tanto, la comunidad sigue conmocionada. Los vecinos aseguran que nunca notaron comportamientos extraños ni en la víctima ni en el supuesto agresor. Sin embargo, las autoridades trabajan contrarreloj para resolver el caso, lleno de incógnitas que mantienen el desenlace abierto. “Está todo en el aire”, ha concluido Suárez.