Sven-Goran Eriksson murió a finales del pasado mes de agosto dejando una deuda de 3,7 millones de libras (4 millones de euros) después de años de mala gestión financiera y de haber sido estafado por su ex asesor financiero, según se ha revelado. El ex seleccionador inglés debía un total de 8,64 millones de libras y tenía activos por 4,8 millones de libras, lo que dejaba su patrimonio con un gran déficit.
La mayor parte correspondía a deudas tributarias en el Reino Unido, adeudadas a HMRC, por un total de 7,25 millones de libras, según el medio de noticias sueco ‘Göteborgs-Posten’. El sueco dijo en varias ocasiones que tenía poco control sobre sus finanzas a pesar de su ilustre carrera en el fútbol, y según se informa le dijo a Expressen en 2017: “No tengo idea de cuánto dinero tengo y dónde está”.
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Admitió que en un momento dado estuvo cerca de la quiebra después de perder 10 millones de libras a manos del asesor financiero Samir Khan, a quien le confió su fortuna en 2007. Más tarde llevó a Khan a los tribunales y ganó, recibiendo una disculpa, pero dijo que nunca recuperó el dinero. La lujosa mansión donde Svennis pasó los últimos años de su vida está ahora a la venta por lo que se describe como un precio “de ganga”.