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Anomala democrtica: un ao y un da sin una llamada entre Snchez y Feijo

Anomala democrtica: un ao y un da sin una llamada entre Snchez y Feijo


Actualizado

El presidente del Gobierno, Pedro Snchez, y el lder de la oposicin, Alberto Nez Feijo, han impuesto en el rgimen parlamentario espaol una autntica anomala democrtica: el puente entre ambos, la discusin fluida, el contraste de pareceres sobre los asuntos ms graves que afectan al pas, est roto. La interrupcin de la corriente no es cosa de hace unos das, se prolonga ya desde hace un ao. Ayer, se cumpli este plazo: 365 das sin que los dos lderes hayan cruzado una palabra a solas y cara a cara.

Las diferencias irreconciliables se pusieron de manifiesto con nitidez el pasado 6 de diciembre, da de la Constitucin, cuando por primera vez ambos aprovecharon los compases previos al acto institucional para arremeter el uno contra el otro.

Ese fue slo el episodio definitivo porque desde las elecciones del 23 de julio de 2023 y, ya sin solucin, desde la formacin del Gobierno de coalicin, entre el PSOE y el PP y sobre todo entre sus respectivos lderes, reina el disenso y lo que es ms grave, el enfrentamiento y una polarizacin extrema que se traslada a la ciudadana y se exhibe en toda su crudeza en los debates en el Congreso.

Hace ahora un ao, ambos se reunieron en la Cmara Baja para abordar la hoja de ruta de la legislatura. En la agenda haba una decena de puntos a tratar. En aquella ocasin, por lo visto irrepetible, pusieron las bases para reformar el artculo 49 de la Constitucin cambiando el trmino disminuidos por el de personas con discapacidad y, adems, se comprometieron a desembarrancar, con el arbitraje de la Comisin Europea, las negociaciones para proceder a la renovacin del CGPJ.

El tono de aquel encuentro no se ha vuelto a repetir. Ni llamadas telefnicas ni mensajes ni palabras cruzadas en un pasillo. Vaco absoluto. Ninguno de los dos hace nada por saltar el muro que los separa, un muro que se ha elevado hasta hacerse inexpugnable tras el estallido de los casos de corrupcin que presuntamente salpican a miembros del Gobierno, del PSOE y a personas del entono familiar ms prximo del presidente y, al mismo tiempo, el que afecta al novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Daz Ayuso.

Soberbia y autoritarismo

Desde La Moncloa se reprocha a Feijo hurgar en el caso Koldo dando credibilidad y amplificando las acusaciones del comisionista Vctor de Aldama y, adems, sealar a la esposa del presidente, Begoa Gmez, como presunta autora de los delitos de trfico de influencias, corrupcin en los negocios, apropiacin indebida e intrusismo. El PP, de hecho, no descarta llamarla a declarar en la comisin de investigacin del Senado.

Por parte del PP se reprocha a Snchez su rechazo a consultar con Feijo e incluso a informarle de los asuntos de Estado espinosos: ni los que afectan a la poltica exterior, ni los que implican a la defensa y a la seguridad nacional ni los que se derivan de graves situaciones sobrevenidas como ha sido el caso de la DANA.

Desde el PP se interpreta la actitud de Snchez como una clara seal de su soberbia y de su tendencia al autoritarismo. Desde el Gobierno se lee la postura de Feijo como un intento de deslegitimar al presidente y erosionar la labor del Ejecutivo oponindose a todo lo que este hace.

En cualquier caso, es la primera vez en democracia que el pas vive una situacin as: Zapatero y Mariano Rajoy mantuvieron siempre abiertos sus cauces de dilogo y lo mismo sucedi posteriormente, y con fluidez, entre Rajoy y Alfredo Prez Rubalcaba. De hecho, el presidente popular tambin mantuvo reuniones peridicas con Snchez siendo este lder de la oposicin. Y antes que ellos, hicieron lo propio en los albores democrticos Felipe Gonzlez y Manuel Fraga con encuentros que llegaron a tener una periodicidad mensual.






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